Este capítulo comienza con el sueño de la sulamita. Ella sueña que su amado no está con ella. Ella lo espera, pero él no llega. Y eso la hace a ella suspirar. Entre tanto suspirar, no aguanta, y sale en busca de su amor por las calles de Jerusalén. Así es el amor. Quienes se aman, anhelan estar siempre juntos. Suspirar demuestra de que sobra oxígeno, porque no está la persona que amo. No dejes de suspirar por la persona que amas. Nunca dejes que tu amor se enfríe. No dejes nunca de ser cariñoso. Dile a tu esposa, a tu esposo, cuánto lo extrañas. Dile que te hace falta. Dile que no puedes vivir sin ella (sin él). Que el Señor te bendiga.