Eclesiastés, el predicador, aquí se vuelve muy filosófico - nos cuenta de su proyectos, de sus pensamientos, y de cómo se dedicó a buscar el sentido de la vida. Salomón nos cuenta con toda franqueza cómo el probó de todo. Se dedicó a buscar los placeres de la vida; luego se dedicó a darle sentido a su vida a través de las riquezas y de proyectos de construcción y edificación. Salomón no es diferente a muchos en la sociedad actual. Muchos buscan darle un sentido a su vida: ya sea teniendo muchos hijos o una gran familia. Otros lo van a hacer a través de una carrera profesional, o acumulando títulos universitarios. Muchos quieren darle un sentido a su vida, dejar una huella en el universo, y no pasar al olvido. Eso fue lo que finalmente persiguió a Salomón cual fantasma: algún día voy a morir, al igual que mueren los necios, y seré completamente olvidado. Sentía que su sabiduría no le servía de nada. Todas sus riquezas, pasarían a un hijo que ni siquiera había trabajado un solo día. ¿Cuál es su conclusión? Mejor es aprender a disfrutar la vida. Pensar demasiado en el mañana, es necedad. Debemos enfocarnos en el hoy. El único que le puede dar sentido a la vida es Dios. El único que le puede dar un propósito y que puede llenar nuestra vida es nuestro Creador. La insatisfacción que muchos sienten, solo se puede llenar con el agua de vida. Dios te creó con un vacío que solo Él puede llenar. Busca a Dios. Y pídele que te enseñe a disfrutar la vida. Que el Señor te bendiga.