Dios puso la eternidad en nuestros corazones: queremos vivir para siempre. Nadie quiere morir. Y eso pasa porque Dios nos creó para vivir para siempre. Por eso la muerte nos resulta extraña e indeseada. El consejo de Salomón es: disfruten la vida. Pero no olviden que deben siempre temer a Dios. La obediencia y el respeto a Dios deben siempre estar presentes en nuestra vida. Que el Señor te bendiga.