Las observaciones que hace el predicador de la vida, nos aportan sabiduría para que nosotros tomemos las mejores decisiones. Aunque hay muchas cosas que el autor considera como vanas, sin sentido, o como perseguir el viento, aún así hay cosas buenas, por las cuales debemos luchar, esforzarnos, y disfrutar. Una de ellas es el matrimonio. Dos son mejores que uno. Aunque la figura también se puede usar para la amistad, o para otra clase de uniones o sociedades, la que mejor se aplica es el matrimonio. La persona que elijas como compañero o compañera debe ser alguien que te ayude a levantarte si es que caes; debe ser alguien que te ayude a enfrentar los desafíos y enemigos que se puedan presentar en tu vida. Debe ser alguien que te ayude a encontrar calor durante las frías noches de invierno. Dos son mejores que uno. Dios mismo ya había dicho: "No es bueno que el hombre este solo. Le haré una ayuda idónea". Nosotros debemos esforzarnos por ser buenos esposos, ya que el matrimonio y la familia son bendiciones que el Señor nos da, para poder disfrutar de la vida que Él nos da. Que el Señor nos ayude a seguir creciendo en sabiduría y en ciencia. Que el Señor te bendiga.
