Éfeso, era una de las más grandes ciudades portuarias de Asia Menor. Hogar de una de las 7 maravillas del mundo antiguo, el gran templo de la diosa Artemisa. Era un gran centro comercial, cultural y religioso. Pablo escribe una carta a los creyentes que había en esa región. Este primer capítulo, es un poco difícil de leer, ya que tiene muchas ideas, y a veces no es fácil seguir la línea de pensamiento del apóstol. Pero quiero destacar 3 ideas importantes de lo que Pablo les dice a estos creyentes:
- Fuimos adoptados en la familia de Dios. Esto significa que hubo un tiempo en que no pertenecíamos a su familia. Aunque fue Dios el que nos creó, y le pertenecemos a Él por defecto, el pecado nos separó. Al momento de creer en su Hijo amado, a quien el Padre envió para salvarnos, fuimos adoptados en la familia de Dios. La adopción fue efectuada gracias a la sangre de Cristo Jesús. Es por su muerte que nosotros podemos ser perdonados, y reconciliados con Dios. Nuestra salvación se debe a la gracia maravillosa de Dios.
- La garantía de que pertenecemos a Dios, es el Espíritu Santo trabajando en nuestro interior. Dios comenzó una obra en nosotros, y los cambios que Dios va haciendo en tu interior son evidencia de que le perteneces. El Espíritu Santo es la garantía de que Dios va a cumplir todas sus promesas.
- No es fácil ser fiel a Dios en medio de una generación tan perversa. No es fácil mantenerse firmes, cuando todo el mundo va a en otra dirección, sin Dios. Por eso Pablo, en sus oraciones, pide que los Efesios reciban sabiduría y percepción espiritual. El deseo de Pablo es que ellos entiendan cabalmente que la salvación es algo seguro. El conocimiento de la verdad, y del poder de Dios, es un elemento que ayuda al creyente a permanecer firme en el Señor.
La carta a los efesios tiene un gran mensaje para nuestras vidas. Mi oración es que su mensaje toque tu corazón, y tú también decidas ser adoptado en la familia de Dios. Que el Señor te bendiga.