Al cumplirse los 70 años del cautiverio en Babilonia, Dios hace que se cumpla la profecía dada por el profeta Jeremías, que declaraba que el pueblo estaría un largo tiempo en Babilonia, pero que al cabo de 70 años, volverían a Jerusalén. El Imperio Babilónico fue conquistado por el Imperio Medo-Persa; y Ciro, su primer rey, promulgó un edicto que permitía que los judíos regresaran a Jerusalén para reconstruir la Casa del Señor. Es interesante que Ciro reconociera a Dios como el soberano que le había entregado a él el dominio de toda la tierra. Y fue así como Ciro promulgó este edicto. El énfasis que hace Esdras, es que Dios movió su corazón; como también Dios movió el corazón de los líderes de su pueblo, para desear regresar. El Decreto de Ciro era básicamente un permiso; no estaban obligados a regresar: y quienes no regresaran, debían ayudar a los que sí lo harían. El regreso a la Tierra Prometida se vuelve así en un segundo Éxodo. Dios había sacado a su pueblo de Egipto; y ahora estaba sacando al remanente de su pueblo de Babilonia. Habrían 3 regresos masivos: el primero a cargo de Zorobabel, el segundo a cargo de Esdras, y el tercero a cargo de Nehemías. ¿Cuál debe ser nuestra oración? Que así como Dios movió el corazón de Ciro y de los principales líderes de Judá para regresar y reconstruir el Templo; que Dios mueva mi corazón para no quedarme en Babilonia, y para volver a la Jerusalén espiritual. Que Dios mueva mi corazón para permanecer en sus caminos, y para en un día no muy lejano, entrar en la Jerusalén celestial. Que el Señor te bendiga.