Nos acercamos rápidamente al final del libro de Ezequiel. Y aquí encontramos las más preciosas promesas de Dios para su pueblo. Dios les promete restaurarlos. Ellos se sentían muertos, sin esperanza. Pero en la visión del Valle de los huesos secos, Dios le muestra a Ezequiel que para Él no hay nada imposible. Dios sopla sobre ellos su Espíritu, y estos cadáveres vuelven a la vida. Te invito a estudiar este capítulo, y pedirle a Dios que cumpla estas promesas en tu vida. Que el Señor te bendiga.