El libro de Ezequiel comenzó mostrándonos la gloria de Dios, y la razón por la cual Dios tuvo que dejar su Templo: por la idolatría y las perversidades que realizaba su pueblo. Pero ahora vemos que el libro finaliza con esta promesa de que Dios volvería a habitar con su pueblo. Dios estaba regresando a su casa, y le pide a su pueblo que obedezca las instrucciones, la Torah que Él les estaba dejando. Este siempre ha sido el deseo de Dios: vivir muy cerca de nosotros. Pero muchas veces somos nosotros los que alejamos a Dios de nuestras vidas. No alejes a Dios. Que este año que comienza sea un año donde tú permitas que Dios entre en tu vida, en tu hogar y en tu corazón. Que el Señor te bendiga.