El apóstol Pablo no dedicó su ministerio a luchar contra la esclavitud. Es más, siempre instó a los cristianos a respetar y someterse a sus amos. Pero con Filemón y Onésimo se da un caso especial. Ahora ambos eran creyentes. Ahora, eran hermanos en la fe. ¿Cómo deberían interactuar estos hermanos de diferentes clases sociales? Ahora, el otro problema, es que Onésimo había escapado. Era un fugitivo. Y la ley Romana autorizaba a castigar duramente a los esclavos fugitivos. ¿Cómo debía actuar Filemón? ¿Debía perdonarlo? Te invito a que leas esta breve carta. Tiene un mensaje poderoso para ti. Que el Señor te bendiga!!