El apóstol Pablo, para hablar de la salvación a los filipenses usa términos que ellos comprenderían con facilidad. Y compara la salvación con una carrera. Es una carrera larga. Y para llegar a la meta, hay que mantener los ojos mirando hacia adelante. Es necesario olvidar lo que queda atrás. Pablo mismo tiene que hacer este ejercicio. Cuando Pablo mira hacia atrás, él recuera su vida como fariseo. Él recuerda cómo antes corría, y pensaba que lo estaba haciendo súper bien. Pero después se dio cuenta que todo lo que hacía, carecía de valor para Dios. La circuncisión, y todas las demás obras no tienen valor para Dios, si es que se pretende ganar la salvación por medio de ellas. La salvación solo se puede alcanzar por la fe en el Hijo de Dios. Es solo mediante la fe en lo que Él hizo - su muerte en la cruz. Lamentablemente, a la iglesia estaban llegando maestros que estaban enseñando lo contrario. Pablo los llama perros que solo estaban tratando de mutilar sus cuerpos. Pablo dice de ellos que solo trabajan motivados por su apetito. Es decir, ellos querían gloriarse de a cuántos habían logrado convencer de circuncidarse. Pablo los llama enemigos de la cruz de Cristo. Tengamos cuidado de no volvernos enemigos de Dios. Que Cristo Jesús sea también para nosotros lo único de valor en este mundo. Que todo lo que antes valorábamos y considerábamos precioso se vuelva basura. Lo único que vale es Cristo Jesús. Pongamos los ojos en Él, y sigamos adelante. Que el Señor te bendiga.
