Si estuvieras encarcelado, y con una alta probabilidad de ser ejecutado, ¿serías capaz de escribir una carta para dar ánimo a otros? En la carta a los filipenses, podremos ver cuánto amaba Pablo a estos hermanos, y entenderemos por qué el apóstol Pablo podía hablar con tanta seguridad y con tanta convicción, aún frente a la muerte. Pablo no sabía si iba a morir y si iba seguir con vida. Pero sabía que Dios estaba al control, y que su vida estaba completamente en sus manos. Que esa confianza, también sea nuestra confianza. Que el Señor te bendiga.