Pablo, para destacar la naturaleza del evangelio, relata una historia que ocurrió en la iglesia de Antioquía. Primero nos cuenta que él visitó Jerusalén, y compartió con Pedro, Santiago y Juan, apóstoles que eran columnas de la iglesia. Pablo los visitó, porque quería comprobar que todos estaban en la misma página; que todos estaban predicando el mismo evangelio. Y el encuentro terminó con un apretón de manos. Estaban de acuerdo. Estaban predicando el mismo evangelio. Pero cuando Pedro visitó Antioquía, Pedro cayó en la hipocresía. Primero, al llegar, Pedro se sentaba a comer con los gentiles. Pero cuando llegaron falsos hermanos, judíos que estaban predicando que los conversos gentiles debían circuncidarse, Pedro dejó de comer con los gentiles. Los judíos tenían esa costumbre: no se juntaban a comer con gentiles. Pero Dios ya le había mostrado a Pedro. Pedro mismo había entrado a la casa de un gentil - Cornelio, el centurión Romano; pero ahora, para no quedar mal con estos ex-fariseos, Pedro se alejó de sus hermanos gentiles. Pablo se dio cuenta de esto, y protestó.
La salvación no se alcanza por guardar la Ley. No se alcanza por circuncidarme. La salvación solo se alcanza por la fe en la muerte de Cristo Jesús. Pablo antes de convertirse siguió todas las costumbres judías. Pero una vez que conoce a Cristo, y cuando comienza a predicar, su mensaje era únicamente Cristo, y Cristo crucificado. Pablo dice: Ya no vivo yo, más Cristo vive en mi. Que Dios nos ayude a no caer en la hipocresía. Que Dios nos ayude a entender y practicar fielmente el evangelio. Que el Señor te bendiga.
