La historia bíblica ahora se va a centrar en Isaac y sus descendientes. Isaac se casó con Rebeca, y aunque ella era estéril, Dios oyó la oración de Isaac, y ella quedó embarazada. Así fue como ellos tuvieron a Esaú y Jacob. La historia de hoy se centra en cómo Dios bendice a Isaac. Dios le reitera las promesas que la había hecho sobre llegar a ser el dueño de toda la tierra. Pero vemos que Isaac tuvo muchas riñas con Abimelec. El capítulo termina con un tratado de paz entre Abimelec e Isaac, ya que Abimelec no podía negar que dondequiera que Isaac iba, Dios lo bendecía muchísimo. Dios bendijo a Isaac, porque sabía que Isaac, al igual que Abraham, guardaría sus ordenanzas, leyes y mandamientos. Recuerda esto: no puede haber verdadera bendición sin obediencia. Lo más importante es que tú mantengas una relación con el Señor. Sigue el ejemplo de Abraham e Isaac: adora al Señor. Alábalo. Dale la honra y la gloria que se merece. Y así, las bendiciones llegarán a tu vida. Que el Señor te bendiga.