Después de la matanza que los hijos de Jacob a el pueblo de Siquem, Dios les dice que se vayan de allí, en dirección a Betel, el lugar dónde Dios se le apareció por primera vez a Jacob. Como van camino a la "Casa de Dios", donde Jacob sabe que tendrá otro encuentro con Dios, Jacob le ordena a su familia a que se deshaga de los ídolos y de las aretes en sus orejas. Tomó todo lo que le entregaron, y lo enterró en Siquem. Les ordenó cambiarse y ponerse ropas limpias. Esto es algo muy importante que todos debemos considerar: Si deseo tener un encuentro con el Señor; si deseo que Él me acompañe durante el camino y me proteja de todo mal, yo debo a la vez apartarme de todos mis ídolos. La ropa en la Biblia es un símbolo del carácter - ponerse ropa limpia es un símbolo de purificación espiritual. Y quitarse los aretes, debe ser un símbolo de humildad y sencillez. Los aros se usan para llamar la atención, para embellecer. Pero lo más bello en nosotros tiene que ser nuestro carácter, nuestra forma de ser. Dios se le apareció a Jacob en Betel, y le prometió que sería el padre de una gran multitud. De su linaje saldrían reyes. Y le volvió a recordar que su nombre había cambiado - ya no era Jacob (el que engaña) sino que su nombre era Israel (vencedor). Pero tristemente, casi llegando a Belén, murió su esposa Raquel dando a luz a Benjamín. Eso debió ser muy doloroso para Jacob. Pero Benjamín se transformó en su consuelo, y en su aliento. Dios nos puede proteger de todo peligro. Dios nos puede bendecir en abundancia. No olvides consagrarte a Dios. Que el Señor te bendiga.