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En un principio esta historia pareciera estar fuera de lugar. Pero el propósito del autor, es mostrarnos los cambios que estaban ocurriendo en la vida de Judá, de quien después saldrían los reyes de Israel. Vemos que Judá no siempre fue un líder ni un hombre muy respetable. La historia comienza con Judá apartándose de su familia, y yéndose a vivir entre los cananeos. Allí se casó con una cananea, y tuvo 3 hijos. Pero sus hijos no fueron personas rectas, ni temerosas de Dios. Es posible que el entorno cananeo haya influido poderosamente en ellos. Judá arregla que su hijo mayor se case con una joven cananea llamada Tamar. Y aunque cananea, la historia presenta a Tamar como más justa que el propio Judá. Aquí encontramos la primera vez que se menciona que Dios haga morir a alguien. Y también se nos presenta la ley del levirato: donde era deber de un hermano casarse con la viuda y levantarle descendencia al difunto. Onán se casó con Tamar, pero no quiso darle un hijo. Tenía relaciones sexuales con ella, pero se las arreglaba para que no quedara embarazada. A causa de esto también Dios le quitó la vida. Judá le dijo a Tamar que permaneciera viuda, hasta que su hijo menor creciera lo suficiente, como para que se casara con ella. Pero Judá no tenía ninguna intención en hacer esto. Al leer este relato, te darás cuenta de que hay un fuerte énfasis en los chismes. A Tamar le llega el chisme de que su suegro se iba a una fiesta (trasquilar las ovejas era una celebración). Y como ella se dio cuenta de que pasados los años todavía no se arreglaba su casamiento con el hijo menor de Judá, fue y se disfrazó de prostituta. ¿Cómo sabía ella que Judá podía buscar sus "servicios"? No lo sabemos. Pero lo cierto es que Judá tuvo relaciones con su nuera, sin saber que era ella. Y así Tamar quedó embarazada. Luego le llegó el chisme a Judá, tu nuera ha actuado como una prostituta, y está embarazada. Judá, sin mayor indagación, pronunció la sentencia: ¡Sáquenla, y quémenla! Pero después se enteró que él era el padre. Por más extraña que nos parezca esta historia, Fares, el hijo de Tamar, se convirtió en el linaje por el cuál después llegaría David, y también el Mesías, Cristo Jesús. Judá ciertamente cometió muchos errores. Nunca debió alejarse de su familia. Y nunca debió emparentarse con los cananeos. Pero al parecer aprendió de sus errores, y enmendó el camino, y aprendió a actuar con justicia y rectitud. Todos podemos aprender de nuestros errores, y si nos arrepentimos, podemos llegar a ser mejores personas. Que el Señor te bendiga.