Los siete años de abundancia se habían acabado, y habían comenzado los siete años de hambruna. Y fue tan severa, que de todo Egipto, y de la tierra de Canaán, todos venían delante de José a comprar grano para poder sobrevivir. Cuando sus hermanos se presentaron delante de él, José los reconoció inmediatamente. Pero ellos no lo reconocieron. Con su indumentaria egipcia, y hablando en egipcio, nunca imaginaron que fuese su hermano. José los trató con dureza, y los acusó de ser espías. Pero José no los trató con dureza por rencor o por venganza. José se dio cuenta de que el sueño que había tenido, se había cumplido. Sus hermanos estaban postrados delante de él. José entendió que Dios lo había puesto en ese lugar, para salvar la vida de sus hermanos. Es posible que José los haya tratado con dureza, para ver cuál sería su respuesta. Él quería ver sí habían cambiado en algo, y se dio cuenta que hasta el día de hoy les pesaba en sus conciencias el no haberle escuchado cuando les rogó por su vida. José dejó preso a Simeón, y dejó ir al resto, y les dijo que debían traer a su hermano Benjamín si querían volver a comprar alimentos.
No es fácil perdonar a alguien que nos ha hecho tanto daño. Pero José entendió que Dios siempre estuvo al control de todo. Él se dio cuenta de que Dios usó todo ese dolor para traerlo hasta Egipto, para finalmente salvar a su familia. Que Dios te ayude a no aferrarte al dolor ni al rencor, sino que con su ayuda podamos perdonar y sanar. Que el Señor te bendiga.
