Listen

Description

A través del profeta Jeremías, Dios prometió hacer un nuevo pacto con el pueblo de Israel. El primer pacto se hizo cuando Dios sacó a Israel de Egipto. Israel prometió guardar el pacto; pero sus promesas no duraron mucho, y pronto el pueblo quebrantó el pacto con Dios. En reiteradas ocasiones Israel se fue tras otros dioses, dándole la espalda al Dios verdadero. El problema del pacto no era Dios. Tampoco el problema era el pacto. El problema era el pueblo. Ellos creyeron que podían por sus propias fuerzas cumplir con el pacto. Pero no eran conscientes de su debilidad ni de cuan perverso era su corazón. Por eso Dios promete hacer un nuevo pacto, y promete poner su Ley en la mente y en el corazón de su pueblo. Dios promete perdonarlos. Pero para perdonarlos tenía que haber un sacrificio superior. Y un Sumo Sacerdote Superior. Y un Santuario Superior. Ese Santuario Superior, obviamente es el Celestial. Cristo Jesús es el mayor y suficiente sacrificio por los pecados. Y Él mismo es Nuestro Sumo Sacerdote. Jesús, la noche previa a su muerte, les dijo a sus discípulos que su sangre era la base del nuevo pacto. Y dijo que entregaría su cuerpo para ser quebrantado. Cristo era el cordero pascual. Y cuando Cristo murió, el velo del Templo se rasgó. Era como que DIOS estaba anunciando que el Santuario Terrenal había cumplido su función y su tiempo. Con la ascención de Cristo Jesús a los cielos, se inaguraba su minsterio Sumo Sacerdotal. ¿Te gustaría formar parte del Nuevo Pacto? ¿Quieres que Dios sea tu Dios? ¿Quieres recibir el perdón de tus pecados? ¿Quieres que Dios escriba su Ley en tu mente y corazón? ¿Quieres que Jesús interceda por ti? Señor, por la fe queremos ser parte de este nuevo pacto. Muchas gracias por darnos tan lindas y preciosas promesas. Amén. Que el Señor te bendiga.