El argumento del autor de la carta a los Hebreos, es que el Nuevo Pacto es muy superior al Antiguo Pacto. ¿Por qué? Porque el primer pacto siempre estuvo destinado a ser pasajero. Aquí dice que ese pacto era una parábola, una ilustración, una sombra de las cosas venideras. Cristo ahora es nuestro Sumo Sacerdote, y se está presentando por nosotros delante de Dios en el Santuario Celestial. ¡¡El Santuario Terrenal, y el oficio de los sacerdotes terrenales ya no son necesarios!! La sangre de Cristo Jesús es superior a la sangre de animales. Su oficio es superior al de sacerdotes mortales y pecadores. Todo lo que involucraba el santuario terrenal, no podía hacer perfectos, ni limpiar la conciencia de quienes adoraban en él. La sangre de Cristo Jesús tiene el poder de purificar nuestras conciencias. Cristo Jesús ahora está purificando el Santuario Celestial. Él está llevando a cabo una obra de juicio. En el Juicio Celestial se va a decidir quién finalmente se salvará y quien finalmente se perderá. La buena noticia es que en este juicio no estás solo. Si le entregaste tu vida a Jesús mediante el bautismo, Cristo intercede por ti. ¿No es eso maravilloso? Cristo muy pronto va a terminar ese juicio, y entonces vendrá a buscar a quienes le están esperando. ¿Te estás preparando para ese día? ¿Estás esperando la Segunda Venida de Cristo? Esa debe ser nuestra fe. Ahí debemos poner toda nuestra esperanza. Que el Señor te bendiga.
