En toda carrera, hay muchos obstáculos. Está el cansancio. A veces puede haber un desgarro, una lesión, un calambre. Pueden surgir muchas razones para abandonar la carrera, para perder la fe. ¡No lo hagas! No mires los obstáculos. No mires a la gente. Mira a Jesús. Sigue su ejemplo. A pesar de todo lo que sufrió, Él siguió adelante. Sigue adelante. No te rindas. Muy pronto recibiremos la recompensa. Soporta un poquito más. Que el Señor te bendiga.