La pregunta que el concilio le hico a Pedro y a Juan fue: ¿en qué nombre habéis hecho esto? Pedro y Juan, llenos del Espíritu Santo, contestaron: Ustedes mataron a Jesús, pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Ustedes rechazaron al Mesías; pero Dios lo ha hecho la piedra principal. Jesús es la base, el fundamento sobre el cuál Él edificó la iglesia. Los dirigentes pensaban que matando a Jesús, se acabarían sus problemas. Pero no hay nada que los hombres puedan hacer para detener a Dios. Jesús es el enviado de Dios. Y Jesús es el único nombre que Dios nos dio en el cuál podemos ser salvos. Cuando se pregunta en qué Nombre, se está preguntando con qué autoridad. Jesús tiene un Nombre por sobre todo Nombre. Su Nombre es más grande que el del emperador, más grande que el nombre del Sumo Sacerdote. Jesús es el Nombre por sobre todo Nombre. Por eso los discípulos responden: Tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres. Obedezcamos a Dios. Pongamos a Dios en primer lugar. Sin importar cuantas amenazas, sin importar cuanta oposición, sin importar lo que nos digan, tenemos que obedecer a Dios. Pídele al Espíritu Santo que te haga valiente. Pídele al Espíritu Santo que te de las palabras. Pero algo tiene que pasar. La gente se tiene que dar cuenta de que tú has pasado tiempo con Jesús. Que el Señor te bendiga.