Isaías empieza a pronunciar los juicios de Dios contra las naciones enemigas de su pueblo. Se anuncian juicios contra Babilonia, Asiria, Filistea, etc. Se promete el regreso de Israel a su tierra, y su restauración por parte de Dios. Pero el capítulo de hoy se centra en la caída de Babilonia. Y hablando del Rey de Babilonia, Dios nos habla de la caída de otro ser, uno celestial, que quizás era quien inspiraba y estaba detrás del Rey de Babilonia. Aquí Isaías nos habla de la caída de Lucifer. Antes de su caída, Lucifer era un ángel muy importante y poderoso en el cielo. Pero decidió rebelarse en contra de Dios. Quería tener un trono, por lo tanto quería ser Rey. Pero ya había un Rey, Dios. Por lo tanto Lucifer comenzó a ejecutar un golpe de estado. Pero fue echado del cielo. Y según dice Apocalipsis, fue echado junto a sus ángeles. Es decir, engañó a muchos ángeles del Señor, y los puso en contra de Dios. El destino de Lucifer está sellado. Será destruido por Dios en un lago de fuego y azufre. La lección que nos queda es el peligro del orgullo. Todos los que elijan ese camino, serán humillados. Y todos los que se humillen en la presencia de Dios, serán enaltecidos. Elige la humildad, y elige a Dios. No sea que termines junto al diablo y sus ángeles en su lugar de destrucción. Que el Señor te bendiga.
