Este es un canto de alabanza que entona Isaías al recibir tan maravillosas y gloriosas revelaciones de parte de Dios. Aquí Isaías claramente nos habla de la destrucción definitiva de los enemigos del pueblo de Dios, y de la resurrección final de los justos. ¡Sí, los que murieron en el Señor volverán a vivir! La promesa de Dios es que cuando Cristo vuelva, los muertos resucitarán, se levantarán del polvo de la tierra, y nuevamente alabarán a Dios. ¿Quiénes son estos justos? Son los que perseveraron en confiar en el Señor. Son los que día y noche pensaban en su Nombre y en su Memoria. Son los que obedecieron sus mandamientos. Son los que reconocen que todo se lo deben a Dios. Ellos serán recibidos en la Nueva Jerusalén, la ciudad de que Dios mismo ha construido para que viva su pueblo, seguro y en paz para siempre. ¿Te gustaría morar en la Nueva Jerusalén? Haz de Dios el centro de tu vida, de tus pensamientos, de tus afectos, y de tu obediencia. Que el Señor te bendiga.