Isaías profetizó claramente la destrucción por parte de Dios del Imperio Asirio. Ellos destruían y traicionaban; pero pronto llegaría el día en que ellos serían destruidos. El mal no puede continuar indefinidamente. Y así como Dios hizo justicia en los tiempos de Isaías, lo volverá a hacer hoy. Dios destruirá a los que destruyen. Dios es fuego consumidor. Te invito a escuchar y a meditar en el capítulo de hoy. Que el Señor te bendiga.