Este capítulo nos está hablando del siervo de Dios. Dios iba a enviar a un siervo mediante el cual salvaría a Israel. Pero aquí se nos empieza a advertir que ese siervo vendría a sufrir. Sería escupido. Le jalarían su barba. Sería escarnecido. ¿Y cuál sería la reacción del siervo ante toda esta humillación? El siervo pondría su rostro como un pedernal. Como una piedra. Firme, inamovible. Jesús soportaría toda la burla y todo lo que Satanás le arrojaría, y seguiría firme en su propósito. ¿Cómo se puede soportar algo así? Solo se puede soportar cuando se depende totalmente de Dios. Y eso era exactamente lo que hacía Jesús. Él buscaba a Dios cada mañana. ¡Muchas veces pasó la noche entera en oración! ¿Te gustaría saber que decirle a los que están desanimados y cansados? Solo Dios te puede dar esas palabras y esa sabiduría. Su Espíritu Santo es que el nos llena de sabiduría y amor por los que sufren, y nos muestra que decirles para levantarlos. Que el Señor te bendiga.