No podemos engañar a Dios. Él puede ver más allá de nuestras simples acciones. Dios puede ver las intenciones y motivaciones, que muchas veces son egoístas y falsas. La religión fácilmente se puede volver una serie de ritos y costumbres, pero que no significan nada. El ayuno que estaba realizando Israel no era el que Dios quería. Y aquí Dios les dice lo que quiere: Quiero justicia. Quiero que realmente amen a su prójimo. Ayúdenlo. Libérenlo. Denles un respiro. El pueblo de Israel podía estar ayunando, buscando el favor de Dios; pero nunca pensaron en ser justos y equitativos con sus sirvientes. La verdadera adoración va acompañada de la obediencia y la justicia. Solo así Dios nos escuchará y nos bendecirá. Que el Señor te bendiga.