En medio de las amenazas de Siria e Israel, que se habían unido contra el reino de Judá, y ante el avance del poderoso Imperio Asirio, muchos en el pueblo de Dios comenzarían a buscar respuestas en el lugar equivocado. Muchos buscarían respuestas entre los encantadores, los magos, los hechiceros y los médiums. Pero quien hace eso, le da la espalda a Dios. La Torah prohíbe tajantemente todo tipo de práctica esotérica para buscar luz. Quien practica esto, caerá en completa oscuridad. ¡No se debe consultar a los muertos! Se debe consultar a Dios. Se debe consultar su Palabra. El Señor debe ser nuestro temor. Él merece todo nuestro respeto y honra. Su Ley debe estar en nuestros corazones. Solo así podremos estar seguros. Que el Señor te bendiga.