Listen

Description

La maldad del pueblo de Judá había crecido tanto, que Dios dice que en ella no había ya ningún justo. Nos había nadie que hiciera lo bueno. No había nadie que realmente temiera a Dios. Todos estaban jurando en vano. Los jóvenes estaban cometiendo adulterio espiritual y físico. Las bendiciones de Dios estaban siendo usadas únicamente para vivir en deleites y placeres. ¿Qué podía hacer Dios para conducirlos al arrepentimiento? Dios les empezó a cortar las lluvias. Sin lluvias no hay cosechas. Sin cosechas no hay que comer. Y cuando no comemos, comienza el dolor y la ansiedad. Dios sabe que nosotros siempre nos acordamos de Él solo cuando tenemos problemas. Pero el pueblo de Jerusalén ni siquiera cuando dejó de llover se acordó de Dios. ¡Qué terrible! No dejes que eso te pase a ti. Vuelve al Señor hoy, antes de que sea demasiado tarde. Que el Señor te bendiga.