Juan nos muestra a Jesús en completo control de la situación. Después de orar 3 veces intensamente en el Getsemaní, después de sudar grandes gotas de sangre, Jesús se levanta para ir al encuentro de Judas. Y Jesús preguntó: ¿a quién buscan? Ellos dijeron: a Jesús de Nazaret. Su respuesta fue: Yo Soy. "YO SOY" es el nombre de Dios. Lo encontramos en Éxodo 4, cuando Moisés le preguntó a Dios por su nombre. Dios respondió: "YO SOY EL QUE SOY", y de ahí que muchos llaman a Dios "EL ETERNO". YO SOY significa que Dios tiene vida en sí mismo. Dios siempre ha existido, y Él es el origen de todas las cosas. Cuando Jesús responde "YO SOY", todos cayeron de espaldas al suelo. Sí Jesús lo hubiese querido, ellos podrían haber caído muertos. Sí Jesús lo hubiese querido, miles de ángeles podrían haber bajado en su auxilio. Pero Jesús para esto había venido a este mundo. Jesús vino a beber la amarga copa del sufrimiento y de la muerte. Jesús es el Cordero Pascual, que debía ser sacrificado para el perdón de nuestros pecados. Pero Él es Dios. Él es Rey. No pases por alto eso. Muchos lo rechazaron, se burlaron de Él, y lo maltrataron. Hasta el día de hoy, muchos lo escupen, y lo aborrecen. Pero los que crean en Él, recibirán el perdón de sus pecados, y serán llamados hijos de Dios. Al leer estos capítulos, recuerda que Él vino a tomar tu lugar. Él vino a sufrir la muerte que nosotros merecíamos por nuestros pecados. Aceptemos su sacrificio. Y comencemos a vivir para Él. Que el Señor te bendiga.