Judas pudo guiar a la turba que apresó a Jesús hasta donde Él estaba, debido a que él poseía información privilegiada sobre el maestro. Judas sabía que Jesús siempre se retiraba a ese lugar para orar y meditar. Posiblemente, era ahí donde Jesús, más de una vez, pasó la noche en oración. Jesús pudo haber elegido otro lugar; pero su hora había llegado; y Él no iba rehuir de la copa de sufrimiento que su Padre le había preparado. Pero pasó algo muy interesante en el momento del arresto. Te invito a que leas el capítulo de hoy, Juan 18, y a que escuches este breve mensaje. No dudes en compartirlo con tus seres queridos. Que el Señor te bendiga.
