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Description

¿Quién hubiera pensado que Sansón podría haber destruido a 1000 filisteos usando la quijada de un burro? Lo cierto es que los filisteos tenían el control sobre los metales en la región. Pero Dios puede dar la victoria a sus hijos, con los elementos más inusuales. Vemos que en momentos cruciales, el Espíritu del Señor venía sobre Sansón, y le daba una fuerza sobrehumana, con la cuál él vencía a todos sus enemigos. Pero después de semejante batalla, donde Sansón era un ejército de un solo hombre, Sansón quedó agotado, y sentía que moría de sed. Sansón clamó al Señor, y el Señor le abrió una fuente de agua de en medio de la tierra. Sansón bebió, y recobró las fuerzas. Dios escuchó la oración de este héroe, y a través de él le trajo liberación al pueblo; aún cuando el pueblo no había pedido ayuda, ni estaba clamando al Señor como en otras ocasiones. Es triste ver que el pueblo se estaba acostumbrando a servir a los filisteos, en vez de clamar y luchar por su libertad. No debemos acostumbrarnos a vivir sometidos a otras personas. Si podemos procurar la libertad, debemos luchar por ella. La historia de Sansón nos muestra a un Dios que está más que dispuesto a venir en auxilio de aquellos que claman por su ayuda. Que el Señor te bendiga.