Los Jueces o Libertadores eran hombres que el Señor mismo levantaba, para liberar a Israel de sus opresores. Las naciones vecinas les hacían la guerra, los vencían, y luego les imponían altos tributos que debían ser pagados anualmente. El texto dicen que sirvieron al rey de Siria durante 8 años, y al rey de Moab durante 18 años. Pagar tributos en grano o dinero, dejaba a Israel en la miseria. Y solo entonces, en su sufrimiento, ellos clamaban a Dios por liberación. Y Dios los escuchaba. Pero, ¿por qué Israel estaba siendo vencido por sus enemigos? Por haberse alejado de Dios. Los israelitas se unieron en matrimonio con los cananeos que habían dejado viviendo como vecinos en la tierra. Emparentarse con los cananeos, los llevó rápidamente a olvidarse del Señor su Dios, y comenzaron a adorar a los dioses paganos. Por eso el Señor los entregó en mano de sus enemigos. Debemos tener mucho cuidado, no sea que esta historia se repita en nuestras vidas. Si nos unimos en matrimonio con personas que no son creyentes, es muy posible que terminemos adorando a sus dioses. La buena noticia del libro de Jueces, es que aún cuando Israel traicionó a Dios muchas veces, cada vez que ellos clamaban, Dios los escuchaba, y se compadecía de ellos. No abusemos de la gracia y la misericordia de Dios. Pero debemos saber que si hemos fallado, y nos arrepentimos, el Señor siempre nos va a escuchar. Que el Señor te bendiga.