El libro de levítico tiene la finalidad de explicarle al pueblo la santidad que Dios esperaba de ellos. Dios es santo. Y el espera que su pueblo sea santo. Santo significa apartado para un uso especial. El pueblo de Israel no debía ser semejante a las naciones que lo rodeaban. Dios es muy claro: todas estas naciones cometían pecados detestables. Tenían prácticas que contaminaban la tierra, y a sus moradores. Muchas de las leyes que encontramos en este capítulo son de sentido común. Pero hoy en día vivimos en una sociedad que todo lo relativiza. Hoy en día, muchos creen que se puede vivir como uno quiera. No hay ley que valga. Pero la Ley de Dios nos muestra que para Él hay cosas que no están permitidas. Aquí vamos a encontrar leyes sobre el adulterio espiritual, y también sobre la sexualidad, y la alimentación. La Biblia nos enseña que nuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo. No tengamos nada que ver con la idolatría, ni con la inmoralidad, ni con nada que nos contamine ni nos aleje del Señor. Que el Señor te bendiga.