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El capítulo 16 de Lucas tiene dos parábolas que no son tan sencillas de entender. Pero tienen algo en común: en ambas Jesús nos enseña algo acerca del dinero. En la primera parábola, Jesús nos dice que debemos usar nuestras riquezas para hacer amigos para la eternidad. ¿Cómo? Si tenemos riquezas, debemos usarlas para ganar gente para el reino de los cielos. Eso es hacer tesoros en el cielo. Si tu usas tu dinero para ayudar a otros, y para que conozcan a Cristo, estás haciendo tesoros en el cielo. Los fariseos, al escuchar esto, se burlaban. Ellos amaban el dinero. En su mente, el dinero era una bendición de Dios. Pero Jesús les dijo que no se puede amar a Dios y a la misma vez amar al dinero. No dejes que el dinero se vuelva en una obsesión. 
La parábola del rico y Lázaro ha sido mal interpretada por muchos. Muchos la entienden de forma literal. Pero claramente Jesús está usando figuras e hipérboles que no deben ser entendidas literalmente. Por ejemplo, al morir los justos, no van a ir al seno de Abraham. Esa quizás es una forma de representar el cielo para los judíos. Tampoco Jesús está enseñando que podrá haber comunicación entre los que están en el inferno y los que están en el cielo. Eso es imposible. Jesús tampoco está enseñando que todos los que sufren, se irán al cielo, ni todos los que disfrutaron, se irán al infierno. Lo que sí Jesús está enseñando, con respecto al rico, es que si no usamos bien nuestras riquezas, nos perderemos. Si vivo mi vida sin pensar en el sufrimiento de los más desvalidos, es porque entonces nunca conocí a Dios. El centro de esta parábola es que debemos creerle a la Biblia (Moisés y los profetas) y no a un milagro. Eso pedía el rico: Que Lázaro se levantará de entre los muertos, y le fuera a hablar a su familia. Debemos creerle a Dios en su Palabra. Solo la Biblia nos muestra el camino de la salvación. Solo la Biblia nos puede librar de los engaños de los últimos tiempos. Estudiemos la Biblia, y pidámosle a Dios sabiduría para saber cómo administrar nuestras posesiones. Que el Señor te bendiga.