Jesús nos dejó dos importantes parábolas que nos hablan de las actitudes que Él espera ver en sus seguidores:
1.- Deben ser humildes. Deben reconocer su necesidad del perdón y de la gracia de Dios. Los fariseos confiaban en sí mismos. Confiaban en su propia justicia. Pero no se daban cuenta de su orgullo, de su arrogancia, de su maldad. Menospreciaban a otros. El fariseo de la historia fue al templo a orar, pero no fue perdonado. Sin perdón, no hay relación con Dios. Ese hombre volvió a casa vacío y sin paz. En cambio el cobrador de impuestos fue perdonado. ¿Por qué? Porque confesó su pecado. Porque reconoció su maldad y le pidió a Dios misericordia. Si buscas a Dios de todo corazón, si le confiesas tus faltas, tu necesidad, Dios te va a ayudar. Dios te va a perdonar. Los seguidores de Jesús deben ser personas humildes, pacientes, y que no desprecian a nadie. Saben que los demás son tan pecadores como ellos mismos. No se creen mejores ni superiores a nadie.
2.- Deben orar sin desanimarse. ¿Por qué nos desanimamos? Porque a veces queremos que Dios conteste de inmediato. Dios es soberano. Y Él no está a nuestro servicio. Somos sus hijos, y Él nos ama, y quiere lo mejor para nosotros. Pero Él espera que nosotros seamos personas de fe y de perseverancia. Dios tiene su tiempo, y debemos aprender a esperar en Él. No te desanimes. ¡No dejes de orar! Los escogidos de Dios oran y claman día y noche. La pregunta de Jesús es: Cuando yo regrese a esta tierra, ¿hallaré fe en la tierra? ¿habrán seguidores míos aún confiando y clamando? Espero que tú y yo seamos de los que oran y tienen una relación con Dios a prueba de fuego. Que pase lo que pase, tú nunca pierdas tu confianza en Dios. Que el Señor te bendiga.
