A pesar de tener un mensaje a veces duro, e incisivo, era mucha la gente que salía a escuchar y a ser bautizada por Juan. Desde personas comunes, hasta cobradores de impuestos y soldados se contaban entre los que venían para ser bautizados. Juan no vacilaba en decirles de qué cosas debían arrepentirse. Y hasta al mismo gobernador Herodes le dijo que era pecado haberse casado con la esposa de su hermano. Pero por más fama que haya tenido Juan, su misión había sido preparar el camino para el Mesías. Él mismo dijo que no era el Mesías, pero que muy pronto llegaría. Y el Mesías los bautizaría con fuego. Jesús es el que va a separar el trigo de la paja. Jesús solo dejará entrar en su reino a aquellos que se hayan arrepentido, y se hayan apartado de su mala manera de vivir. Jesús solo dejará en su reino a aquellos que hayan sido bautizados con el fuego del Espíritu Santo. Y tú mi amigo(a), ¿ya fuiste bautizado con el fuego del Espíritu Santo? Señor, que tu Santo Espíritu nos muestre en qué cosas aún te estamos fallando. Que tu Santo Espíritu nos convenza de pecado, de justicia, y de juicio. Señor, límpianos de toda nuestra maldad, y permítenos vivir una vida que te agrade y que te honre. Amén 🙏🏽
