Los que siguen a Jesús, tienen diferentes razones para hacerlo. Lucas hace énfasis en ciertas mujeres que lo seguían, y le servían. Mujeres que habían tenido un pasado tormentoso, como María Magdalena, de la cual Jesús expulsó 7 demonios. Pero también se presentan mujeres de muchos recursos económicos, como Juana, la esposa de Cuza, administrador de Herodes. ¿Qué tenían en común todas estas mujeres? Seguían y servían a Jesús porque Él había hecho un milagro en sus vidas. Jesús las había sanado. Jesús les había libertado. Jesús había traído paz y esperanza a sus vidas. Por eso ellas entregaban su tiempo, sus recursos, y sus vidas por Él. Y tú, ¿ya eres un discípulo de Jesús? ¿Ya estás dando frutos? ¿Ya le entregaste tu vida a Jesús? ¿O todavía hay cosas que están estorbando tu crecimiento? ¿O todavía hay otras cosas que están ahogando la Palabra de Dios en tu vida? Quita todo estorbo, y permite que el Reino de Dios sea lo más importante en tu vida. Que el Señor te bendiga.
