El rechazo de Jesús en Nazaret, y el endemoniado en la sinagoga de Capernaum, ambos incidentes ocurrieron en un día sábado. El sábado, o shabbat como se lo conoce en Israel, es el día que Dios separó como santo, para que se dedique completamente a la adoración y al descanso. El cuarto mandamiento nos ordena trabajar 6 días y descansar el séptimo día, el sábado, así como Dios descansó al terminar la creación en el séptimo día. Ese día deben cesar todas nuestras actividades comerciales y seculares. Lucas nos cuenta que la costumbre de Jesús, era guardar el shabbat. Ese día Jesús asistía a la sinagoga, y generalmente se lo encontraba enseñando a las multitudes. Los discípulos de Jesús deben seguir su ejemplo y deberían guardar el mandamiento del sábado, tal como Él lo hizo. El sábado es un día especial para conectarnos con Dios a través de su Palabra, de la oración, congregándonos en algún lugar de oración.