Jesús pronunció estas palabras al visitar Nazaret, la tierra que lo vio crecer. Y lo dijo a causa de que muchos se escandalizaban al oírlo hablar. ¿Qué le pasó? ¿De donde saca esta sabiduría? Es posible que Jesús, antes de comenzar su ministerio, haya sido un hombre muy reservado, y hasta silencioso. Mientras no llegará su hora, Jesús no iba a llamar la atención haciendo milagros, o actuando como un líder religioso. Pero cuando comenzó su ministerio, comenzó a hablar y a dirigir a sus discípulos con claras instrucciones de lo que debían hacer. La gente de Nazaret quedó muy impresionada, pero se negaron a creer en Él. Conocían a su familia. Conocían sus humildes orígenes, y quizás pensaron: “Na, él no puede ser el Mesías”. Sin fe es imposible agradar a Dios. La condición básica para que Dios nos escuche, es la fe. Jesús casi no hizo milagros en Nazaret, porque ellos se negaron a creer en Él. En todas partes Jesús hizo muchos milagros, porque todos creían en Él. No así en Nazaret. Recuerda, muchos van a escuchar tu mensaje. Muchos te van a creer. Menos tus más cercanos. Menos los que conocen tu pasado. El profeta no recibe honra en su tierra. Pero eso no debe detenerte para seguir adelante, y cumplir con tu misión. Que el Señor te bendiga.