¿Habré yo sido escogido? ¿Qué significa esta declaración de Jesús? Jesús nos estaba hablando del reino de los cielos. Nos está hablando de la salvación. Y esta parábola es muy sencilla de entender. Se puede decir que con esta parábola Jesús tenía la intención de mostrarle a los judíos lo que les pasaría por rechazarlo a Él como el Mesías. Los invitados a las bodas eran ellos; pero ellos rechazaron la invitación. Estaban ocupados. Tenían mejores cosas que hacer. Y algunos incluso dieron muerte a los mensajeros. ¿Cuál sería la respuesta del Rey ante tal afrenta? Destruiría la ciudad y mataría a los asesinos. ¿Y quien entonces iría a la fiesta? Se ordenó que se invitara a todos los que se encontraran en el camino. Y así se llenó la fiesta. De buenos y de malos. Que interesante. La invitación al reino de los cielos es para todos. Es inclusiva. Es para buenos y para malos. No importa cual sea tu pasado. No importa que es lo que hayas hecho o donde hayas estado. Si aceptas la invitación, podrás entrar al reino de los cielos. Pero hay una condición: debes ponerte el vestido de bodas. Debes aceptar el perdón de Cristo. Debes valorar la invitación del cielo. Debes cubrir tu desnudez, tu vergüenza, tu pasado con su manto de justicia. Muchos son los llamados, pero pocos son los que aceptan la invitación, y pocos son los que se visten con la justicia de Cristo. Al cielo no se entra con la justicia propia. No es por tus méritos. No es por tu santidad y esfuerzo personal. Al cielo se entra por gracia. Es un regalo que debes aceptar y que debes valorar. ¿Aceptarás la invitación del Rey? Él te está esperando. Que el Señor te bendiga.
