Dios se preocupó de dejar varias evidencias de que Jesús realmente había resucitado:
1. muchos resucitaron junto con Jesús y se presentaron vivos a sus familiares dentro de la ciudad de Jerusalén.
2. La pesada roca, con la cual habían sellado su tumba, había sido removida.
3. Los guardias estaban vivos. Si alguien realmente hubiese querido robar el cuerpo muerto de Jesús, primero hubiese tenido que luchar con estos soldados y vencerlos.
4. La cantidad de discípulos que lo vieron vivo, son sus testigos. La resurrección no es un cuento. Es un acontecimiento histórico.
Jesús venció la muerte. Jesús realmente es el Hijo de Dios. Y Él, que tiene toda la autoridad y todo el poder, nos manda a ir al mundo a predicar la buena noticia de su victoria. Nuestra misión es hablar a otros del amor y del poder de Jesús, y de que en su Nombre hay perdón de pecados. Él prometió estar con nosotros hasta el fin, siempre y cuando nos involucremos participar activamente de su misión. Y tú, ¿crees en la resurrección de Jesús? ¿Le estás contando a otros está buena noticia? Espero que sí. Que el Señor te bendiga.