El Nuevo Testamento comienza con el Evangelio de Mateo. De profesión publicano (cobrador de impuestos para el Imperio Romano), Leví Mateo fue atraído por el ministerio de Jesús. Fue llamado a conformar parte de sus 12 apóstoles. Y podemos ver en su relato, que su propósito es demostrar que Jesús es el Mesías prometido, ya que el cumple con todas las profecías bíblicas acerca de este acontecimiento.