Muchos creían que Jesús era solo un maestro, un nuevo rabí. Pero Jesús es mucho más que solo un maestro. Él es el Mesías. Él es el Hijo de Dios. Y como Dios, tiene autoridad para perdonar nuestros pecados. Tiene autoridad para sanar toda dolencia. Los que creemos en Jesús, tenemos que aprender de Él. Tenemos que reflejar su amor, su compasión, su bondad para con los pecadores. En el capítulo de hoy veremos cómo Jesús lidió con los fariseos, y que lecciones podemos aprender de esto.