Listen

Description

Dios condena que se cobre por profetizar. Dios aquí condena también a los sacerdotes por cobrar por enseñar. Es decir, esta era su responsabilidad. Ellos debían enseñar y los profetas profetizar, sin esperar nada a cambio. Habían también falsos profetas, que dirían lo que la gente quería escuchar a cambio de comida. Ya en los tiempos del profeta Miqueas la religión se había vuelto un negocio. Y todo esto hacía que el pueblo de Dios se hundiera más y más en su pecado y en su decadencia. Dios les advierte que a menos que se arrepintieran, Él se escondería de ellos, y no les escucharía más. Se profetiza la destrucción de Jerusalén. Se convertiría en un montón de ruinas, en un campo arado. Que triste sería el final. Eso pasa cuando le damos la espalda a Dios. No endurezcas tu corazón. No hay vida, no hay esperanza sin Dios. Regresa a Él, antes de que sea demasiado tarde. Que el Señor te bendiga.