Dios dio la orden a Moisés de contar a todos los varones mayores de 20 años, cada uno según su tribu, de los que estuvieran aptos para ir a la guerra. Así fue como se llegó a la cifra de más 600.000 hombres. Todos ellos fueron los que salieron de Egipto, y podían ser empleados en la guerra. Pero el relato de hoy hace un énfasis en los levitas, ya que ellos no fueron contabilizados. La función de los levitas era distinta a la de sus hermanos. Ellos no tenían heredad, ya que Dios sería la heredad de ellos. Ellos eran los encargados de cuidar del Tabernáculo del Señor. Ellos eran los encargados de transportar el Tabernáculo y sus utensilios. Ellos eran los encargados de armar y desarmar el lugar más santo dentro del campamento de Israel. Y por último, ellos debían acampar alrededor del Tabernáculo, para de cierta forma proteger a sus hermanos de no estar ellos tan cerca del Señor su Dios. Que el Señor nos acompañe en la lectura de este interesante libro. Que el Señor te bendiga.
