El Señor le ordenó a Moisés que subiera a la cima de un monte, para que pudiera contemplar la Tierra Prometida; pero también le dijo que ahí moriría, ya que por su pecado, él no podría entrar en ella. Esta determinación parece cruel; Moisés fue el hombre que el Señor usó para sacar a su pueblo de Egipto. Él fue el pastor de Israel durante 40 años en el desierto. ¿Y por un solo pecado no podría entrar en la Tierra Prometida? ¿Qué nos enseña esto acerca de Dios? Dios es Santo. Y el espera que sus hijos caminen en santidad. Al igual que con todos los que pecaron, y no pudieron entrar, lo mismo sucedió con Moisés. Moisés, por ser el líder, no tenía un status diferente. No tenía una licencia para pecar. Pero antes de que pienses que Dios fue injusto y cruel con Moisés, debes saber lo siguiente: la Palabra de Dios nos muestra más adelante, que el Señor tenía preparado algo mejor para Moisés. Sí, Moisés murió. Sí, moisés fue enterrado por el Señor. Pero luego el Señor resucitó a Moisés, y lo llevó al cielo. Sabemos esto, porque cuando Jesús estuvo en la tierra, Dios envió a Moisés y a Elías, para que hablaran con él. Moisés no se quejó porque iba a morir. Su única preocupación fue que Israel no quedara como ovejas sin pastor. Y así fue como Dios nombró a Josué para que fuera su sucesor. Se eligió a Josué porque en él estaba el Espíritu de Dios. Lo más importante es que siempre seamos dirigidos por el Espíritu del Señor. Que el Señor te bendiga.
