El Señor designó a los hijos de Aarón, y a la tribu de Leví para que tuvieran a cargo todo el servicio del Santuario. Este tarea, en realidad le correspondía a todos los primogénitos de cada familia; desde que Dios salvó a todos los primogénitos de Egipto, que todos le pertenecen. Pero Dios puso en lugar de ellos a la tribu de Leví. Ellos y sus descendientes debían servir al Señor. Pero el relato nos muestra que dos hijos de Aarón murieron aún estando en el Sinaí: Nadab y Abiú. ¿Cuál fue su pecado? Tomaron a la ligera la tarea que el Señor les había encomendado. Dios es muy claro al dar instrucciones de cómo servirle. Pero a ellos les dio igual, pues tomaron un fuego extraño para usar en el templo, y por ese pecado Dios los eliminó. No tomemos a la ligera las cosas del Señor. Debemos temer y respetar al Señor. Que el Señor te bendiga.