En este capítulo encontramos una de las leyes más extrañas y desconocidas de la Biblia. Quizás porque no hay ningún ejemplo bíblico de alguien que la haya aplicado. Y es totalmente entendible que así hubiese sido; ya que es una ley de celos; es decir, era para los celosos. Esta Ley tenía como objetivo el proteger a las mujeres. Si eran inocentes, no pasaba nada. Pero si eran culpables, había una maldición en su contra: su vientre se hincharía, y quedaban estériles. Para que el adulterio fuera castigado, los culpables debían ser sorprendidos en el acto; pero cuando no habían pruebas, entonces se recurría a éste método. Que el Señor nos ayude a obedecer su Ley, y a vivir en paz, y no en sospechas. Que el Señor nos ayude a vivir en santidad y en armonía. Que el Señor te bendiga.