En la ausencia de Nehemías, tristemente el pueblo dejó de cumplir los compromisos que habían hecho solemnemente con el Señor. Nehemías se puso firme, porque él entendía que a causa de esos mismos pecados ellos se habían acarreado la ira de Dios. ¿Cuáles fueron las últimas reformas de Nehemías?
1. Echó a Tobías del Templo. Extrañamente se le había permitido a Tobías, el principal opositor a la reconstrucción de los muros de Jerusalén, a que tubiera un cuarto dentro del Templo, quizás para poder hacer negocios dentro del Templo, no se sabe bien para que se le había concedido ese cuarto. El problema era que Tobías era amonita, y la Palabra de Dios prohibió que los amonitas y los moabitas pudieran entrar al Templo de Dios, debido a que estos dos pueblos fueron hostiles con Israel, cuando éste estaba entrando en la Tierra prometida. Además esos cuartos tenían otros propósitos: eran para almacenar los diezmos y las ofrendas. Nehemías mandó a sacar todo lo de Tobías, purificó el cuarto y lo regreso a su uso original.
2. Guardar el sábado: Nehemías, al regresar de Babilonia, encontró a muchos judíos trabajando en sábado. Y también vió que gente de Tiro venía a vender pescado en sábado. Nehemías de inmediato los confrontó, y mandó a cerrar las puertas de Jerusalén para que no se hiciera comercio en sábado. Desde la puesta del sol del día viernes hasta la puesta del sol del sábado. Nosotros también debemos comprender la importancia de no hacer negocios ni de trabajar en el día de reposo, santo del Señor.
3. Matrimonios mixtos: Nehemías encontró que muchos judíos se habían emparentado con mujeres de Ashdod y de otras naciones; los hijos de esas relaciones no sabían hablar hebreo. Nehemías veía en esto un gran peligro, ya que si no sabían hablar el idioma en el cual se leía la Ley en el Templo, nunca la podrían entender y mucho menos obedecer. Eso los llevaría a alejarse de Dios y a corromperse. En este punto Nehemías se llegó a poner violento. Dice que hasta los hizo azotar y a otros le arrancó el cabello, y algunos de ellos prometieron que no volverían a dar a sus hijos e hijas para casamientos con extranjeros.
Nehemías quería que el pueblo viviera en paz en su tierra. Pero entendía que para que Dios los bendijera debían obedecer su Palabra. No podemos esperar bendición de Dios si persistimos en la desobediencia. Que el Señor te bendiga.