Baruc estaba abatido. Se sentía muy triste y apesadumbrado. Sentía que Dios le estaba añadiendo tristeza a su dolor. El texto de hoy nos dice que al parecer él tenía ambiciones y anhelos de grandeza. Después de todo, era parte de la nobleza. Es posible que todos sus amigos estuvieran avanzando en sus carreras políticas y él no. Y quizás Baruc se ganó el odio y el rechazo de la corte cuando comenzó a ayudar a Jeremías, escribiendo todas las profecías contra Jerusalén. ¿Qué palabras de ánimo le dio Dios a Baruc? El capítulo de hoy es muy corto. Te invito a leerlo, y a reflexionar en él. Que el Señor te bendiga.