El libro de Proverbios parece terminar con una colección de dichos de diferentes personajes. Era muy común en la antigüedad, el compartir y transmitir sabiduría. Agur comienza su discurso con impresionante humildad; sin duda era un sabio, pero se presenta como una persona sin entendimiento ni conocimiento. Las personas realmente sabias, nunca harán alarde de su conocimiento. Solo los necios se creen sabios, y hablan sin saber. Algunos puntos importantes del discurso de Agur, es su mención de Dios y de su Hijo. Agur también tiene una petición muy singular para Dios: no me permitas ser rico ni pobre. Evitar los extremos. Un rico se podría volver orgulloso y olvidarse de Dios. Un pobre podría llegar a robar, y así también ofendería a Dios. Agur nos exhorta a guardar los mandamientos, especialmente el 5to mandamiento, que nos ordena honrar a nuestros padres. Agur también es un observador de la naturaleza, y nos invita a reflexionar en las lecciones que nos dejan las hormigas, los tejones, las langostas y las lagartijas. Que el Señor nos ayude a ser humildes, para adquirir más sabiduría, y nos de ojos y oídos atentos, para aprender sabiduría de la naturaleza y del mundo que nos rodea. Que el Señor te bendiga.